Los tiempos son difíciles, los días parecen pasar cada vez más rápido y la lucha diaria, día tras día, se ha vuelto más difícil.
Sin embargo, estamos aquí para traerles palabras de consuelo, palabras que los ayudarán a cruzar este desierto, este valle de huesos secos. Hermana, que no cunda el pánico, este no es el final. Nuestro Padre no nos da ninguna prueba mayor de la que podemos soportar.
Primero que nada, te pido que toques el botón de arriba y compartas esta bendición con alguien en WhatsApp. Simplemente haz clic en el botón y selecciona las personas y grupos que deseas que reciban estas palabras de transformación.
Difundamos la palabra, el amor de nuestro Dios, las buenas nuevas ❤️.
La paz que sobrepasa todo entendimiento
Filipenses 4:7 habla de “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento”. En tiempos difíciles, esta promesa se convierte en un rayo de esperanza. Pero ¿cómo podemos lograr esta paz?
La respuesta no está en soluciones difíciles ni en estudios súper profundos, libros y más libros, teoría y más teoría.
Son pequeños pasos diarios los que nos acercan a Dios y fortalecen nuestra fe.
Te daremos estos pequeños pasos diarios a continuación. Sólo 30 minutos de tu día pueden transformar tu vida, ¡créeme!
Orar sin cesar
La oración es nuestra línea directa con Dios. No hay que esperar un momento de tranquilidad o un lugar especial para hablar con Él.
Ya sea mientras preparamos la cena, limpiamos la casa o incluso camino al mercado, cada momento puede ser una oportunidad para una conversación sincera con el Padre.
Sin embargo, te invitamos a participar en nuestra oración diaria. Puede tocar el botón a continuación y unirse a nuestro grupo de oración en WhatsApp.
¡Todos los días, a las 6 de la mañana en punto, enviamos una oración para que miles de mujeres clamen juntas por el movimiento de los cielos!
El consuelo está en la Palabra
La Biblia está llena de versículos que ofrecen consuelo y paz.
El Salmo 23, por ejemplo, nos recuerda que, incluso en el valle de sombras, no debemos temer ningún mal, porque Dios siempre está con nosotros.
Tomarse un momento cada día para leer un versículo y meditar en él puede ser una herramienta poderosa para encontrar la paz.
En el grupo que mencionamos anteriormente se comparten versos todos los días. Tú puedes ser parte de esto y recibir una nueva palabra en tu celular. ¡Simplemente toca el botón de arriba y sé parte de ello!
Tener una comunidad como apoyo
Nuestra fe se fortalece en comunidad. Participar en grupos de oración o eventos de la iglesia, incluso virtualmente, nos conecta con otras mujeres que enfrentan luchas similares.
La unión hace la fuerza. Nuestro Padre Dios nos dijo que un cordón de 3 cabos es más fuerte que un cordón de 1 cabo.
Compartir experiencias, pedir oraciones y ofrecer un hombro amistoso son prácticas que nos recuerdan que no estamos solos. Una vez más, necesito invitarte a nuestro grupo. Ahí tenemos la “caja de oración”.
Usted hace su petición y luego, en nuestro tiempo de oración diaria, miles de mujeres estarán orando a Dios por su petición.
Escuche música que alimenta el alma
Los himnos y las alabanzas tienen el poder de levantarnos el ánimo y recordarnos las verdades eternas.
Cantar o escuchar música que glorifica a Dios puede transformar nuestro entorno y nuestro corazón, trayendo un sentimiento inmediato de paz y cercanía a lo divino.
Si quieres una recomendación de aplicación para escuchar radio cristiana bendita en tu celular, puedes tocar uno de los botones a continuación y elegir!
La práctica de la gratitud
En medio de las luchas, encontrar motivos para estar agradecidos puede parecer difícil. Sin embargo, practicar la gratitud cambia nuestra perspectiva, ayudándonos a ver las bendiciones diarias que muchas veces pasan desapercibidas.
Comienza o termina tu día enumerando tres cosas por las que estás agradecido. Esta sencilla práctica puede cambiar tu corazón y tu mente, aportando paz a tu día.
Encontrar la paz en tiempos difíciles no es un camino que se pueda recorrer de una vez, sino a través de pasos diarios de fe, oración y confianza en Dios.
Nos prometió paz, y esa promesa es firme y verdadera. En tiempos de tormenta, recuerda: no estás solo. Dios está contigo, ofreciéndote consuelo, fortaleza y, sobre todo, una paz que sobrepasa todo entendimiento.